reseña de «los inciertos pasos…», ¡gracias!

Breve comentario sobre el libro Los inciertos pasos desde aquí hasta allá: alternativas socioecológicas y transiciones poscapitalistas

Fuente: http://latransicionera.net/breve-comentario-sobre-el-libro-los-inciertos-pasos-desde-aqui-hasta-alla-alternativas-socioecologicas-y-transiciones-poscapitalistas/

portada LOS INCIERTOS PASOS… 2014

 

En una de mis incursiones a la biblioteca pública encontré este estupendo libro coordinado por Jorge Riechmann, Oscar Carpintero y Alberto Matarán. Tengo que decir que el libro ha sido editado por la Universidad de Granada, dentro de la Colección Periferias, que dirige Fernando López Castellano, magnífico orador y conversador, al que desde aquí le envío un fuerte abrazo.

En esta colección podéis encontrar otros títulos bastante interesantes sobre cuestiones relacionadas con el pos/trans/anti desarrollo, como por ejemplo, “La tierra no es muda. Diálogos entre el desarrollo sostenible y el postdesarrollo”, coordinado por Matarán y López Castellano, “Solidaridad o suicidio colectivo”, de Franz J. Hinkelammert, o “Cuerpos políticos y Agencia. Reflexiones feministas sobre cuerpo, trabajo y colonialidad”, coordinado por Cristina Villalba y Nacho Álvarez, por nombrar solo algunos de los más sugerentes.

Centrándome en el libro de Riechmann, Carpintero y Matarán, es de resaltar que es un trabajo colectivo que surje del Grupo de Investigación Transdisciplinar sobre Transciones Socioecológicas (al que informalmente denominan TRAPOS, por “transiciones poscapitalistas”), formado por numerosas personas del mundo de la academia, que parten del diagnóstico común de crisis sistémica o de civilización. Estas académicas consideran que sólo un análisis transdisciplinar, que aglutine y supere sus respectivas disciplinas, será capaz de comenzar a diseñar posibles salidas o transiciones hacia una reorganización social que sea acorde con la disminución acelerada de recursos energéticos que se avecina. Por ello este libro trata temáticas variadas como la agroecología, soberanía alimentaria y biodiversidad, las energías renovables en el marco de una economía simbiótica con los ecosistemas, el agotamiento del capital mineral de la tierra o las finanzas y el consumo colectivo como herramientas de transición.

A mi entender, lo más valioso de este libro es que no se queda en las meras discusiones teóricas (que también las tiene, y bastante sesudas, por cierto) sino que la mayoría de las personas autoras han intentado ofrecer alternativas prácticas, realizables y realistas, para materializar esa transición “desde aquí hasta allá”.

Me ha resultado especialmente clarificador y estimulante el artículo de Emilio Santiago Muiño y Jordi Maiso que tras una descripción, en mi opinión demasiado densa, de la teoría del valor de Robert Kurz, pasan a establecer un compendio de ejes prácticos para la transición.

Para las que no tengáis ganas de leeros el tocho teórico previo, aquí os resumo las alternativas prácticas que sugieren estos dos:

Como premisas consideran que “la transformación poscapitalista no puede basarse en los principios, tecnología, organización y niveles de consumo de una sociedad industrial en quiebra”. Por ello, de lo que se trata es de generar espacios de sociabilidad emancipados y adaptados a la escasez energética, que nos sirvan para cubrir nuestras necesidades fundamentales y cumplir nuestros deseos básicos. Sugieren que las 4 lógicas sociales fundamentales que han de primar serán la autocontención, autoproducción, reciprocidad y bien común; y proponen estos 5 ejes prácticos para la acción:

1) Trabajar en la redefinición de las necesidades y deseos desde la autocontención, no entendida como sacrificio sino como redescubrimiento de otras formas de riqueza: riqueza de relaciones, de tiempo y de sentido.

2) Fomentar la autonomía comunitaria y la autoproducción en espacios cooperativos autónomos donde producir y consumir en identidad, creando un amplio sector productivo del hazlo tu mismo en comunidad.

3) Crear y gestionar grandes espacios de abundancia comunitaria, es decir, nuevos procomunes generados a partir del reciclaje y aprovechamiento de la abundancia despilfarrada por el productivismo del capitalismo. Así podrían cubrirse de forma comunitarizada necesidades como ropa, muebles, herramientas, vivienda, transporte y otras muchas.

4) Establecer circuitos estructurados de solidaridad y reciprocidad a gran escala y de amplio alcance social (la llamada economía del compartir).

5) Generar instancias de segundo grado que sirvan para coordinar la producción y el consumo a gran escala, basándose en el diálogo abierto y flexible y no en la simple asignación de precios del mercado.

Si aún os resulta difícil vislumbrar a qué se refieren los autores con estos ejes prácticos, me propongo asignarle a cada uno de ellos una práctica social actualmente existente. Con un ejemplo todo se ve más claro, así que aquí van los míos:

1) Aquí yo veo, por ejemplo, a personas que abandonan un trabajo estresante y bien remunerado y lo cambian por tener más calidad de vida y menos dinero.

2) En este caso yo veo iniciativas como Sevilla guifi, que crea nuestra propia red de internet, la Moneda Social Puma, donde creamos nuestro propio dinero, o la Justicia Restaurativa, que reclama la capacidad de generar nuestra propia manera de resolver los conflictos.

3) En cuanto a los nuevos procomunes, mi mejor ejemplo es la Casa Palacio del Pumarejo, pero también las iniciativas que proponen construir y gestionar almacenes y talleres comunitarios o las cooperativas de viviendas en cesión de uso.

4) En este punto yo veo plataformas no comerciales de internet, que permiten compartir y asignar recursos a necesidades, como WWOOF, que pone en contacto a personas que quieren vivir y trabajar en huertos y granjas ecológicas.

5) Como ejemplo de espacio de coordinación yo veo a iniciativas como REAS, que busca crear mercados sociales donde imperen otros principios diferentes al lucro y la despersonalización.

En fin, estas son las iniciativas que se me ocurren, si os animáis podéis escribir un comentario con las que se os vengan a la cabeza. Y si no se os ocurre ninguna… ¡tenéis que leeros el libro!