respondiendo a un comentario de esteban de manuel jerez

Se publican en la revista digital 15/15/15 algunos fragmentos de mis Grafitis para neandertales, y Esteban de Manuel Jerez comenta: “Leo, escucho, admiro y quiero a Jorge Riechmann desde hace años. Me inspira con su principio de biomímesis. Coincido en muchos de sus análisis y posicionamientos éticos, pero no en su estrategia, que es antipolítica: sólo la revolución que acabe con el capitalismo es la vía, no es posible una transición socioecológica desde el capitalismo. Desde ese posicionamiento, lógicamente defiende que vamos al fin del mundo. Es más fácil que ocurra eso a que ocurra una revolución que acabe con el capitalismo. Entonces, ¿por qué no intentar la vía de la transición? Si no es suficiente para evitar el colapso, al menos nos dejará en mejor posición, con más resiliencia. Todo menos no hacer nada y contemplar cómo llevábamos razón los colapsistas. No hay contradicción entre hablar de subsidio universal incondicional y hablar de fosfatos, pico del petróleo y otros materiales y energías no renovables. No es posible una transición ecosocial sin redistribuir la riqueza, arañándola con uñas y dientes al 1%. No la hay sin democracia radical, sin pedagogía social, sin esperanza. Y esperar el colapso no genera esperanza, no moviliza para el cambio social…”[1]

Pero, querido Esteban, mi posición no es esperar al colapso pasivamente –en absoluto. Se trata más bien de hacer todo lo que podamos que vaya en la buena dirección, aun a sabiendas de que el mundo se volverá infernal.

Mas ¿qué va en la buena dirección? Hablas de “la vía de la transición” que “si no es suficiente para evitar el colapso, al menos nos dejará en mejor posición”. Me temo que no. No estamos ya en 1972, ni en 1992, ni en 2002: hay márgenes de acción de los que dispusimos, pero hoy ya no disponemos. Me parece que ése es el primer error de una estrategia de Green New Deal. Una realidad muy dura, pero que habría que asumir (salvo que prefiramos engañarnos a nosotros mismos). El segundo, creo es el siguiente: sin ruptura anticapitalista, un Green New Deal no va a cambiar el camino de ecocidio más genocidio que es el nuestro, sólo frenarlo un poco. Ni siquiera se reducirán demasiado las emisiones de gases de efecto invernadero: desde luego, nada en el orden de magnitud necesario para el objetivo de los 2ºC- 1’5ºC. No es cierto que “nos dejará en mejor posición”: incrementará el extractivismo, precisamente cuando deberíamos emprender una renaturalización masiva del planeta Tierra.

Hace un par de años, mi amigo Emilio Santiago Muíño bromeaba con encargar camisetas con el siguiente lema impreso: “Jorge, miéntenos”. Pero no voy a hacerlo…

Para mantener abierta como esperanza la perspectiva del Green New Deal (u otras formas de capitalismo verde), uno necesita olvidarse de buena parte de lo que sabemos sobre calentamiento global: y eso es una forma de negacionismo. (Por añadidura: creer que eso va a dar de sí una mayoría electoral ganadora me parece pura ilusión, en este corto plazo decisivo para los milenios siguientes. Pero la observación anterior debería bastar.)

Es un error decir que todo lo no parlamentario es “antipolítica”. Los movimientos sociales de supervivencia y emancipación siempre han hecho política y la siguen haciendo.

Yo ya sé que mi posición no es susceptible de aglutinar, hoy por hoy, ninguna mayoría social. Por eso me he ido a vivir a la montaña (Sierra de Guadarrama) y trato de no intervenir demasiado en la vida pública (lo cual es difícil, porque constantemente se me pide que haga exactamente eso).

Como asumir la verdad sobre nuestra situación es psicológicamente casi imposible, mucha gente elige engañarse. Yo no voy a hacerlo. Pero tampoco voy a dejar de luchar.

 

 

[1] https://www.15-15-15.org/webzine/2019/10/09/grafitis-para-neandertales-seleccion-de-prosa/#comment-21162