«A día de hoy, con Ada Colau como alcaldesa y Laia Ortiz como teniente de alcalde, el Ayuntamiento de Barcelona está en disposición de poner en marcha las medidas contra la pobreza energética y contra los desahucios que con tanta soberbia fueron desechadas en 2013. No lo tendrán fácil. Sin ir más lejos, el Gobierno central ha maniobradorápidamente para imposibilitar algunas de las medidas contra la pobreza energética que pueden adoptar ayuntamientos y comunidades autónomas. Sin embargo, parece que no solo los cargos y sillones han cambiado tras las elecciones del 24M: fuerzas parlamentarias que antes se oponían a este tipo de medidas se muestran ahora dispuestas a debatirlas; igualmente, empresas energéticas que se habían mostrado muy críticas con ellas comienzan a hacer gestos, y hay bancos que empiezan a encontrar viviendas disponibles donde antes no las había. A lo mejor resulta que el empujón que les hacía falta para que mostraran cierta solidaridad era tener enfrente a políticosdispuestos a mantenerse firmes usando los resortes de las instituciones en defensa de los ciudadanos. A lo mejor resulta que no todos los políticos son iguales. A lo mejor resulta que sí se puede…»
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