Citaba hoy Fernando Savater, en un suelto periodístico, al «gran historiador Robert Conquest, [quien dijo] que todo el mundo es de derechas en los asuntos de los que de veras entiende». Ahora bien, la frase de Conquest no tiene sentido si se entiende «de derechas» como anti-igualitarios (que es lo que de verdad significa ser de derechas); hay que leer seguramente conservadores. Pero el drama es que hoy no hay apenas conservadores de los buenos (axioconservadores críticos del Progreso, digamos para abreviar): a la inmensa mayoría no les preocupa la defensa de los valores y las prácticas valiosas, sino la defensa de la propiedad privada. La prueba de ello es que hoy ese mundo conservador puede ver como “uno de los nuestros” a los indescriptibles Trump o Bolsonaro –esas avanzadillas del fascismo del siglo XXI.