si hacen milagros, son de los nuestros

1. (Lo que hay es inadecuado e insuficiente, pero no me queda otra que partir de ahí.) El sociólogo Zygmunt Bauman cuenta el siguiente chiste irlandés: en algún remoto lugarejo un forastero detiene su coche y pregunta a un lugareño: ¿por dónde se va a Dublín? Éste lo mira con cierta guasa y responde: si yo quisiera ir a Dublín, no se me ocurriría empezar desde aquí. Comenta Bauman: “Hay mucha verdad en este chiste. Estoy de acuerdo (…) en que éste es un mundo muy poco propicio para iniciar el camino, sería mejor otro mundo, pero no hay otro mundo que éste. No podemos renunciar a llegar a Dublín sólo porque no estamos en el punto de partida idóneo”.

 

2. (Contra el sectarismo.) También resulta esencial el siguiente chiste que cuenta el escritor ecologista colombiano Gustavo Wilches: los doce apóstoles están haciendo su trabajo, y marchan a dar cuenta del mismo a Jesucristo. Le dicen: maestro, venimos de un lugar en Palestina donde estaba una gente haciendo milagros. Pero no eran de los nuestros y ya hemos resuelto el asunto: les prohibimos que siguieran con ello. Jesús les abronca y replica: pero qué me han jodido ahí, huevones, ¡si hacen milagros, son de los nuestros!

 

3. (Contra el pesimismo pasivo.) No tienes la menor oportunidad, pero aprovéchala, nos intimaban desde el movimiento alternativo alemán en los ochenta.