El poeta y cineasta Pier Paolo Pasolini, pocas horas antes de su asesinato en 1975, lanzaba un lúcido y trágico grito de alarma: “Estamos todos en peligro”[1]. Como un terrible eco del mismo resuenan las palabras de James Hansen, climatólogo de la NASA, en el prólogo de su libro de 2009: “El planeta Tierra, la creación, el mundo donde se ha desarrollado la civilización, el mundo con las pautas climáticas que conocemos, se halla en peligro inminente. (…) Continuar la explotación de todos los combustibles fósiles de la Tierra amenaza no sólo a los millones de especies vivas del planeta, sino también la supervivencia de la humanidad misma –y los plazos son más breves de lo que pensamos.”[2]
El cénit del petróleo (peak oil) ya comenzó en 2005, cuando se alcanzó el techo de extracción del crudo de mejor calidad (según ha reconocido después incluso un organismo tan entregado al productivismo como la Agencia Internacional de la Energía). Al cénit de todas las clases de petróleo se llegará previsiblemente en 2015. El cénit del gas natural y el uranio se alcanzarán antes de 2020, y el del carbón hacia 2020. Se espera que el cénit conjunto de las energías no renovables (que hoy proporcionan las nueve décimas partes de la energía primaria que estamos usando) sea alcanzado en 2018[3].
Sabemos que los cambios históricos –me refiero aquí a los que interesan a los de abajo: los cambios facilitados por movimientos sociales de liberación— se realizan en plazos largos. Varias generaciones tardaron los movimientos feministas (luego sufragistas) en lograr sus reivindicaciones igualitarias –¡y sólo el algunos países!–. Algo tan obvio como acabar con la discriminación racial en EEUU, objetivo del civil rights movement, ¡llevó decenios de lucha social! Por no hablar de otros combates seculares, como las del movimiento obrero en las sociedades industriales… Pero el drama, hoy, es que el tiempo se nos acaba. No disponemos ya de esos largos plazos para un lento cambio social.
Pero nadie quiere escuchar a Casandra. Y cuando se la escucha, sólo durante un rato, y como una especie de enjuague moral: lo que entra por un oído sale por el otro, y se olvida de inmediato.
[1] Pier Paolo Pasolini entrevistado por Furio Colombo, “Siamo tutti in pericolo”, publicado en La Stampa, 8 de noviembre de 1975.
[2] James Hansen, Storms of my Grandchildren. The Truth About the Coming Climate Catastrophe and Our Last Chance to Save Humanity, Bloomsbury, Nueva York 2009, p. IX.
[3] Antonio Turiel: “El cenit del petróleo y la crisis económica”, ponencia en las Jornadas de Ecología Política y Social, Sevilla (Casa de la Provincia), 12 y 13 de diciembre de 2013.