sobre el cinismo de las elites que se reúnen cada año en davos (suiza)

Reflexiona Carlos Buj: “Davos, el refugio de los poderosos, vuelve a desplegar su alfombra para la gran élite global. Allí, entre cócteles y discursos, se habla de sostenibilidad con la misma convicción con la que un pirómano diserta sobre seguridad contra incendios. No se reconoce aún el innegable declive ecosocial en curso, sino que la atención va a estrategias para mantener el timón del desastre en manos de los mismos de siempre. La desigualdad creciente y la crisis ecológica sólo son un murmullo incómodo de fondo en una fiesta donde está cada vez más claro que el único tema relevante es cómo prolongar el privilegio mientras el mundo arde…”[1] Ha tomado pie para su entrada de blog en las revelaciones de una prostituta de lujo (y periodista, y escritora), Salomé Balthus, quien desde Berlín viajó a Davos para reunirse con clientes durante la reunión anual de la élite mundial. Crónica según el Daily Mail:

“El elefante en la habitación es el cambio climático. Todo el mundo sabe que ya no se puede evitar”, afirma esta mujer, y añade que según sus confidencias los “superricos” se dividen en dos grupos. Un grupo piensa que sólo afectará a los pobres, a la “raza no blanca”, mientras que “los otros temen que la cosa pueda empeorar, pero no tiene sentido intentar hacer nada al respecto, así que se limitan a disfrutar mientras aún puedan”. Una mitad está desesperada y la otra, menos espabilada, celebra las futuras muertes masivas.

Salomé (alias de Hanna Lakomy) explica que algunas de las personas más ricas del primer grupo dicen que los habitantes del Tercer Mundo “podrían morir, pero nosotros, los del Norte, estamos bien”. También, según ella: “Dicen que en una democracia hay que venderse bien, mentirle a la gente y decirles ‘no sabíamos nada y no pensábamos que la cosa iba a empeorar tanto’, sin admitir que sí lo saben”. Aún más: “Dicen que disfrutarán de unos cuantos años más de paz en la Tierra y saben que no hay futuro. Son muy cínicos y, de alguna manera, profundamente tristes”. La escort apuntó que temas como estos surgen en el bar, en una sauna o en el vestíbulo de un hotel, especialmente cuando la gente ya ha bebido bastante.[2]

 

[1] https://ecotopias.net/2025/01/29/la-fiesta-del-fin-del-mundo/

[2] Miriam Kuepper, “What the global elite reveal to Davos sex workers: High-class escort spills the beans on what happens behind closed doors – and how wealthy know the world is doomed, so may as well go out with a bang”, Daily Mail, 23 de enero de 2025; https://www.dailymail.co.uk/news/article-14314191/global-elite-Davos-high-class-escort-spills-beans.html

Según el sitio web de Hetaera (https://hetaera.de/ ), la agencia de escorts “feministas” que fundó y dirige Salomé en Berlín (la prostitución es legal en Alemania), un fin de semana cuesta a los clientes 5.000 libras, mientras que un tête-à-tête de dos horas cuesta a partir de unas 850 libras. Aquí columnas periodísticas de Hanna Lakomy/ Salomé Balthus en el Berliner Zeitung: https://www.berliner-zeitung.de/autoren/hanna-lakomy–li.125846 . Y la entrada en Wikipedia: https://de.m.wikipedia.org/wiki/Hanna_Lakomy