sobre la «gran mortandad» al final del período pérmico

Añadiré hoy otra historia de horror climático. Hace 252 millones de años, al final del Pérmico, la vida en la Tierra sufrió su golpe más catastrófico hasta la fecha: la peor extinción masiva, una “Gran Mortandad” que acabó con alrededor del 90% de la vida terrestre. Pues bien, lo que siguió ha desconcertado a los científicos durante mucho tiempo. El planeta se volvió letalmente caliente y permaneció así durante ¡cinco millones de años! Ahora, un nuevo estudio publicado en Nature Communications arroja luz sobre la Gran Mortandad, pero también entraña una terrible advertencia para nuestro futuro.

Se ha atribuido esta Gran Extinción a un período de intensa actividad volcánica en cierta región de Siberia, que liberó a la atmósfera enormes cantidades de dióxido de carbono, causando un intenso calentamiento global. Una enorme cantidad de plantas y animales marinos y terrestres murieron, los ecosistemas colapsaron y los océanos se acidificaron. Pero ¿por qué se calentó tanto y por qué las condiciones de “superinvernadero” persistieron durante tanto tiempo, incluso después de que cesó la actividad volcánica?

“El nivel de calentamiento está mucho más allá del de cualquier otro evento” de extinción masiva, ha declarado Zhen Xu, uno de los autores del estudio e investigador de la Escuela de Tierra y Medio Ambiente de la Universidad de Leeds. Algunas teorías anteriores giran en torno al océano y la idea de que el calor extremo eliminó el plancton que absorbe carbono o cambió la composición química del océano para hacerlo menos eficaz en el almacenamiento de carbono. Pero el nuevo estudio (basado en un archivo de datos fósiles en China que fue reunido durante décadas por tres generaciones de geólogos chinos) sugiere respuesta podría estar en un punto de inflexión climático: el colapso de los bosques tropicales.

Esta Gran Extinción es única “porque es la única en la que todas las plantas murieron”, ha dicho Benjamin Mills, otro de los autores del estudio, profesor de evolución del sistema terrestre en la Universidad de Leeds. Los resultados de este equipo sino-británico muestran que la pérdida de vegetación durante la Gran Mortandad redujo significativamente la capacidad del planeta para almacenar carbono, de forma que quedaron niveles muy altos en la atmósfera.

La investigación revela un efecto de umbral, donde la pérdida de bosques se vuelve irreversible a escalas de tiempo ecológicas. Las lecciones para el presente son bastante claras: si se supera el tipping point de la degradación de las selvas tropicales, los resultados pueden ser funestos –y durar muchos millones de años.[1]

 

 

[1] Laura Paddison, “The ‘Great Dying’ wiped out 90% of life, then came 5 million years of lethal heat. New fossils explain why”, CNN Climate, 2 de julio de 2025; https://edition.cnn.com/2025/07/02/climate/great-dying-extinction-tipping-point-tropical-forests

Los bosques son un amortiguador climático vital, ya que absorben y almacenan el carbono que calienta el planeta. También desempeñan un papel crucial en la meteorización por silicatos, un proceso químico que involucra rocas y agua de lluvia, clave para eliminar el carbono de la atmósfera. Las raíces de árboles y plantas contribuyen a este proceso al fragmentar las rocas y permitir que el agua dulce y el aire lleguen a ellas. Pero una vez que los bosques mueren se cambia el ciclo del carbono. Michael Benton, profesor de paleontología en la Universidad de Bristol, que no participó en el estudio, dijo que la investigación muestra que “la ausencia de bosques realmente impacta los ciclos regulares de oxígeno y carbono y suprime el entierro de carbono, por lo que altos niveles de CO2 permanecen en la atmósfera durante períodos prolongados”.