Preguntaron en cierta ocasión a François Mauriac quién le hubiera gustado ser, y contestó: moi-même, mais réussi. Yo mismo, pero logrado; una versión mejorada de mí mismo. Algunos decenios después la respuesta hubiera podido ser, con toda naturalidad, algo así como “yo mismo 5.0”…
Todo lo que voy sugiriendo en estas páginas nos encamina en otra dirección: menos yo mismo, mucho menos yo mismo, y desde ese centro descentrado –el espacio del entre— aptitudes más limpias para fracasar mejor.