Preguntan a un músico español, treintañero, cómo ve el país desde la privilegiada atalaya de alguien que visita cada ciudad y cada pueblo en sus giras de rock. La respuesta es que “vas tan rápido que ni te enteras”. En la misma página del diario, un columnista constata que “la cultura moderna consiste en que las agujas magnéticas de todas las brújulas se han vuelto locas y señalan en todas las direcciones al gusto de cualquier explorador que se haya extraviado en su propia niebla”. Y en la portada se celebra, eso sí, que “las empresas tecnológicas” –esa odiosa, invertida sinécdoque imperialista por “las empresas de informática y telecomunicaciones” (pues ¿acaso la fabricación de bicicletas no es también es una empresa tecnológica?)— copan el ranking de las corporaciones más valiosas en Bolsa, desplazando a bancos y petroleras. Apple está valorada en más de medio billón de euros, más de 700.000 millones de dólares. Vas tan rápido que ni te enteras.