turismo stop

Habría pocas medidas más beneficiosas contra la corrupción moral y cultural que la abolición del turismo. Estancias de trabajo y estudio en el extranjero, viajes para realizar tareas concretas, años sabáticos en todas las ocupaciones (¿por qué esa razonable práctica ha de ser un privilegio de los profesores universitarios y unas pocas categorías profesionales más?), algunas reuniones internacionales que de verdad sean imprescindibles, todo eso sí: pero nada de turismo. Turismo stop. Turismo nulo. Turismo cero. Para evitar la depravación -tanto de los países que emiten turistas como de aquellos que han de hacerse cargo de los malditos turistas.