últimas -malas- noticias sobre calentamiento climático y nuestras posibilidades de evitar su descontrol

En diciembre pasado se publicó un importantísimo artículo científico, del climatólogo James Hansen y sus colaboradores:

Hansen J, Kharecha P, Sato M, Masson-Delmotte V, Ackerman F, et al.  (2013) «Assessing Dangerous Climate Change: Required Reduction of Carbon Emissions to Protect Young People, Future Generations and Nature». PLoS ONE 8(12): e81648. doi: 10.1371/ journal.pone.0081648

Sobre el borrador de este artículo Ferrán P. Vilar había llamado la atención hace dos años, en mayo de 2011:

http://ustednoselocree.com/2011/05/20/que-es-lo-que-realmente-habria-que-hacer/

El paper completo está aquí: http://www.plos.org/wp-content/uploads/2013/05/pone-8-12-hansen.pdf

El abstract dice lo siguiente: «We assess climate impacts of global warming using ongoing observations and paleoclimate data. We use Earth’s measured energy imbalance, paleoclimate data, and simple representations of the global carbon cycle and temperature to define emission reductions needed to stabilize climate and avoid potentially disastrous impacts on today’s young people, future generations, and nature. A cumulative industrial-era limit of ~500 GtC fossil fuel emissions and 100 GtC storage in the biosphere and soil would keep climate close to the Holocene range to which humanity and other species are adapted. Cumulative emissions of ~1000 GtC, sometimes associated with 2°C global warming, would spur “slow” feedbacks and eventual warming of 3–4°C with disastrous consequences. Rapid emissions reduction is required to restore Earth’s energy balance and avoid ocean heat uptake that would practically guarantee irreversible effects. Continuation of high fossil fuel emissions, given current knowledge of the consequences, would be an act of extraordinary witting intergenerational injustice. Responsible policymaking requires a rising price on carbon emissions that would preclude emissions from most remaining coal and unconventional fossil fuels and phase down emissions from conventional fossil fuels.»

Un resumen en seis páginas de los propios autores aquí: http://www.plos.org/wp-content/uploads/2013/05/pone-8-12-hansen.pdf

¿Qué nos dice este trabajo? Que incluso los daños asociados a un incremento de temperatura promedio de +2 ºC son insoportables -recordemos que se trata del objetivo oficial de las instituciones políticas de nuestro disfuncional mundo político, y que no se está haciendo nada por acercarnos a ese objetivo insuficiente, antes al contrario: cada vez nos alejamos más del mismo-. Y que si existe todavía alguna posibilidad de «resolver» el problema climático, consistiría en disminuir las emisiones globales -que ahora siguen creciendo, en la misma senda en que lo han hecho durante los decenios últimos- a un rapidísimo ritmo del 6% anual, sostenidamente, durante cuatro decenios ¡empezando en 2013! (Nada de eso está sucediendo ni es verosímil que suceda en los próximos años.) Si esperamos sólo hasta 2020, la reducción anual debería ser ¡del 15%! (Además habría que reforestar prácticamente todo lo deforestado desde la era preindustrial con el fin de retirar 100 Gt de carbono de la atmósfera y fijarlas en la biosfera.)

La respuesta breve a la pregunta sobre si aún se puede «salvar el mundo», sobre si todavía es posible evitar lo peor y lograr sociedades más o menos sustentables, debería ser: técnicamente aún es posible, políticamente todo indica que no –salvo que sucedan milagros. Los autores del importante estudio aquí reseñado señalan la necesidad de un “cambio extraordinario en los sistemas de energía y en la cooperación internacional”. Abogan por un impuesto mundial al carbono, creciente en el tiempo, ¡y por el despliegue masivo de la energía nuclear de tercera y cuarta generación! (También eso sería un milagro, aunque altamente indeseable en mi opinión.)

Durante una larga fase de mi vida, todo lo que cubre la labor intelectual y política que comenzó para mí en los años ochenta, mi pregunta de trabajo era: cómo evitar el colapso ecológico-social. Ahora se me ha convertido en: cómo evitar la barbarización social en el colapso que viene, colapso que en términos prácticos todo indica que ya es inevitable. La verdad es que todavía no acabo de asimilar del todo este cambio de perspectiva.

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“Algunos científicos sugieren hacer planes para adaptarnos a un mundo de 4 °C más cálido —comenta Ira Leifer—. Si bien es prudente, uno se pregunta cuál es la parte de la población que vive ahora que podría adaptarse a un mundo así, y mi opinión es que es sólo unos pocos miles de personas que busquen refugio en el Ártico o la Antártida.” – No dejen de leer tampoco este artículo:

http://www.mientrastanto.org/boletin-121/de-otras-fuentes/cambio-climatico-ultimas-noticias-sobre-el-fin-del-mundo