La primera regla para el intelectual es tratar de no exagerar. La primera regla para el showman mediático es exagerar. No hay lugar para el intelectual en la sociedad del espectáculo.
El mundo del capitalismo es un espacio atestado: de objetos, de ruido, de contaminación, de propaganda comercial, de ideas, de ideologemas, de páginas web, de productos culturales, de egos que tratan de venderse en los mercados… Todo está atestado de mercancías. Qué difícil, en este mundo, hallar un rinconcito de silencio y vacío donde recogernos.
El compositor y pianista Ryuichi Sakamoto añora: “Ahora tenemos música en todas partes, pero ya no queda tiempo para escucharla de verdad y amarla. Es bueno aparcar tanta información y vaciar el cerebro.”