Jorge Riechmann, 17 abril 2021 en EL PERIÓDICO
¿La naturaleza nos envía un mensaje con la pandemia? La naturaleza no es una persona que se comunique con nosotros. Pero hay muchísimas señales, y la covid-19 es una más, de que nuestras sociedades están fracasando de forma terrible a la hora de encontrar una inserción viable en el planeta Tierra. Las sociedades industriales encajan mal en la biosfera de la Tierra y han puesto en marcha procesos destructivos de una magnitud que, desde hace más de medio siglo, se nos escapa. Y estamos haciendo caso omiso de estas señales.
¿Estamos frente al abismo ecosocial? Nos hallamos en un proceso que, por desgracia, hay que describir en términos muy duros Suelo usar el de ecocidio, que está desembocando en un genocidio. Está en juego la habitabilidad del planeta Tierra.
Y somos los responsables. Las responsabilidades no son las mismas para todo el mundo. En los debates sobre calentamiento global se usa la idea de responsabilidades comunes pero diferenciadas. En la medida en que tenemos más poder y más saber, tenemos también más responsabilidad.
¿Padecemos un problema de negacionismo? ¿No vemos o no queremos ver? Las dos cosas, pero lo segundo es muy importante, porque no se trata sólo de negacionismo en el sentido más habitual (climático o, ahora, pandémico). Hay dos niveles más de negacionismo, más extendidos y de los que nos resulta más difícil hacernos cargo. Uno sería el negacionismo con respecto a todo lo relacionado con los límites biofísicos del planeta Tierra contra los que están chocando nuestras sociedades; y luego otro que se referiría a la imposibilidad de evitar estos escenarios infernales de ecocidio más genocidio sin poner en cuestión el capitalismo. Sin cambio sistémico no es posible evitar esos escenarios peores.
¿Estamos a tiempo de cambiar el rumbo? Quizá de evitar los escenarios peores. Ya no estamos a tiempo, por desgracia, de cambiar de manera suave y poco traumática.
¿Aprenderemos la lección o teme que, vencido el virus, todo vuelva a ser como antes? Todo no volverá a ser como antes porque estamos en un proceso de degradación ecológico-social muy rápido. Pero el intento de que todo vuelva a ser como antes nos sitúa en peores condiciones.
¿Y cómo se están decantando las fuerzas? Mal. Seguimos alimentando la tecnolatría, fiar todo a que ocurran milagros técnicos que nos saquen las castañas del fuego. No hay más que comparar la cobertura informativa que en el último año han recibido las vacunas, por una parte, y la desforestación, por otra.
¿Cómo debería ser la normalidad poscovid? No podemos seguir funcionando como sociedad, ni hacer frente a lo que viene, si siguen aumentando las desigualdades sociales. Tendría que ser de sentido común no sólo la idea de salarios mínimos, sino también la de cotas máximas de ingresos. Sin lograr un nivel muy alto de igualdad social tampoco vamos a poder emprender los cambios económico-ecológicos que necesitamos.
Regálenos un poema breve sobre lo que estamos hablando. Más muerte/ de la que puede acoger/ ningún corazón humano// Deja que el corazón se abra// Deja que sus estrías se deslían/ como las venas oscuras de esa nube/ que está amamantando al cielo.