Con la cínica brutalidad de los neocons estadounidenses, decía hace un par de lustros Grover Norquist: “No quiero abolir el gobierno. Me conformo con reducirlo a un tamaño que nos permita ahogarlo en la bañera”. No se refería, por supuesto, a los presupuestos militares, sino a los servicios públicos y la protección social. Pues bien: es exactamente ese programa el que están llevando adelante gobernantes como Rajoy en España o Passos Coelho en Portugal[1] –pero jurando y perjurando hipócritamente, eso sí, que si recortan, desmantelan, despiden y jibarizan lo hacen para que resulte viable el Estado de Bienestar.
[1] Véase Ignacio Escolar, “Ahogar el Estado en la bañera”, en eldiario.es, 30 de octubre de 2012; y J.A. Aunión/ D. Fernández, “El capital privado echa el ojo a la educación”, El País, 30 de noviembre de 2012. Pueden consultarse respectivamente en http://www.eldiario.es/escolar/Ahogar-banera_6_63753637.html y http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/11/29/actualidad/1354213473_863026.html