Cuando la realidad ya sólo ofrece promesas de catástrofe, volvamos a explorar un poco el socialismo utópico (aunque eso sirva, más que nada, para procurarnos consuelo espiritual). En el mío me gustaría ver conversar –puedo imaginarlos como una partida campestre en el Valle de la Fuenfría- a Marx, Polanyi, Simone Weil, Arne Naess, Lynn Margulis y Elinor Ostrom.