El “conócete a ti mismo” de Sócrates es antagónico al “mírate al espejo” de la autoayuda (y al de la parlanchina mercancía capitalista, por descontado). Mientras no entendamos eso, no habremos entendido nada.
La clave de una ética sin moralismo es la superación de la egocentricidad.
No creerse superior a los otros, ni diferente a los demás, por hacer lo que cualquier ser humano debe hacer.