Es un tren regional de Valencia a Madrid, uno de los pocos que han sobrevivido al delirio colectivo de la Alta Velocidad. Salimos bastante gente de la estación de Sant Isidre (ya llegar a aquel remoto lugar tiene algo de aventurero), luego van bajando del tren, y durante una parte considerable del trayecto estoy yo solo en estos lentos vagones. En Cuenca se rellena de nuevo el material móvil… Yo me siento un auténtico viajero: en este tiempo nuestro de distracción, desatención y prisa, nadie esta tarde salvo yo habrá hecho este trayecto completo, sus siete horas y dos minutos de viaje.